El fin de semana pasado falleció mi abuela paterna. Tenía 95 años y una semana antes había sufrido un derrame. Una semana depués del ACV salió del hospital como una reina. Me quedó un pensamiento dando vueltas durante el velorio y el entierro. Para mi, abuela Kika había tenido una sola enemiga. En medio de una guerra que no era suya, tuvo prohibido ver a sus nietos durante años y particularmente para mi, tardé un par de años y de terapia en resolver lo que había pasado. Hace unos años, el tiempo y la paciencia, terminó de diluir esa enemistad sin sentido. Y ella abrió las puertas de su casa y de su vida, como si nada hubiera ocurrido. Abuela Kika, había sido siempre la misma. Un montón de cariño y fortaleza, jamás le vi un gesto de mala educación, no vi que haya abandonado su papel de matriarca de la familia, que llevaba con prestancia y con altura. Seguramente con la edad iré jugando las cartas de otro modo, pero que gran ejemplo de vida. Espero Profe Kika ser un buen alumno. Tu nieto